ahiṁsāpratiṣṭhāyaṁ-tatsannidhau-vairatyāgaḥ | II.35 |
“En la presencia de (sannidhau) aquél (tat) bien establecido en (pratiṣṭhāyaṁ) la no-violencia (ahiṁsā), la agresión (vaira) es abandonada (tyāgaḥ).”
Existen varios niveles de violencia de la cual estoy buscando posicionarme en la otra ala.
Si no dañamos a otro y somos considerados, menos enemigos tendremos. La amistad surgirá naturalmente y no será necesaria la violencia para defenderme.
En presencia de un ser no-violento, es más fácil no violentarse. Es necesaria la interacción de dos sujetos para que la acción tenga efectos. Esta no-violencia es contagiosa porque la violencia no tiene efecto.
En una discusión con otra persona somos ambos quienes accionamos la violencia o permitimos que suceda. Si estoy bien establecido para no ejercer violencia, la violencia de otro ser no tendrá impacto en mí. Cuando el otro se de cuenta de ello, no tomará la violencia como un instrumento. Y por lo tanto la violencia será abandonada.
Para que un voto como éste quede bien establecido (pratiṣṭhāyaṁ), es necesario cultivarlo una y otra vez, hasta que la confusión con respecto a esto se reduzca al mínimo, hasta que vuelva a su origen. Es un proceso gradual y debemos cultivarla constantemente. Las semillas de los kleśa-s deben perder su potencia.
Podemos cultivarla a través de la bondad, la amistad y la consideración, ser atentos tanto a las necesidades del otro como a las mías.