Antiguos maestros sentían que el sonido no solo salía de la garganta, si no que era precedido por la conciencia que la persona que intentaba producirlo. Creían que se reflejaba a través de la unión entre el fuego (agni) que tenía en el abdomen con la energía de la respiración generada en el pecho (prāṇa). Fuego y aliento (aire o vāyu-s principales y secundarios[1]), como dos energías o elementos distintos, se encuentran y se produce un sonido interno llamado nāda.
nāda es la base del sonido perceptible o audible llamado śabda y sólo se puede escuchar con la ausencia del sonido externo. A través de la práctica consciente de śabda como la que se realiza con los cantos védicos, se puede acceder a nāda, ya que ésta es la fuente del primero. Normalmente no podemos escucharlo ya que nuestra mente está tan distraída (en lo que podríamos llamar “el diálogo interno”) e inmersa en sus actividades que nos velan la posibilidad de acceder a nāda como una expresión verdadera de nuestro ser.
Textos como el Hāthayogapradipika dan descripciones detalladas de nāda.