(Continúa de: Primeras Palabras) Madhurakavi Muchos años atrás, un erudito muy estudioso llamado Madhurakavi viajaba por el norte de la India. El vió un brillo astral muy fuerte llevándolo hacia el sur. Empujado por tal intensidad, siguió esa luz la cual lo trajo a un pequeño pueblo y luego lo unió a un joven sentado en el hueco de un árbol de tamarindo. Fascinado por esta experiencia Madhurakavi quizo establecer contacto con el chico, quien estaba sentado de piernas cruzadas, con sus ojos cerrados y aparentemente en un estado muy profundo de meditación.Madhurakavi intentó despertar al joven asceta de su meditación aplaudiendo, tirando piedras al suelo y gritándole bien fuerte. Cuando nada parecía disturbar al niño, Madhurakavi planteó una pregunta. Él preguntó: "Cittathin vaytril siriyathu piranthāl ethaitinru engae kidakkum"? [Cuando el Jīvātma (pequeño ser) entra en el cuerpo que es indestructible ¿Dónde permanecerá y que comerá?] El yogi silencioso abrió sus ojos y respondió inmediatamente: "Attaittinru angae kidakkum" [Este aceptará las comodidades e incomodidades del cuerpo como si fueran propias y se quedará en él, entonces comenzando una baddha jiva] Oyendo esta respuesta profunda, Madhurakavi cayó a los pies del joven y le pidió ser aceptado como su alumno. Este joven que luego se convertiría en uno de los mas reverenciados santos de la tradición vaiṣṇava, no era otro que Nammālvār. De hecho, es a través de Madhurakavi que las enseñanzas de Nammālvār vieron la luz.
Kausthub Desikachar
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Próxima entrega: Nammālvār